3.16.2014

parkinson

Cuando tuve que dejar de hacer una clase de gimnasia-baile sentí una impotencia que rayaba la furia. Era lo que mas me gustaba hacer, pero al no poder moverme como antes, pasó a ser frustrante.
Mi experiencia para compartir es que el espíritu de lucha me ayudó mucho, lo que pasa es que a veces me faltan las fuerzas. Yo nunca me había dado cuenta de que mi manera de reaccionar, ante cualquier problema fue siempre apretar los dientes y darle para adelante. Por lo general me resultó y logré superar los escollos. Estudié arquitectura, trabajé varios años en estudios de arquitectura y también hice algunos proyectos propios.
Cuando acababa de cumplir 35 años, estaba mejor que nunca, feliz con mi marido y la familia que estábamos formando.
A principios de febrero del 2002 nació nuestro segundo hijo. Era un momento sumamente complicado en Argentina, batiendo el record de 5 presidentes entre fin de diciembre y principios de enero, además de una terrible devaluación y nosotros hacia un año que habíamos empezado con un emprendimiento propio. Pero, como siempre, no nos desanimamos, siempre esperanzados en que haciendo las cosas bien, trabajando duro, lo íbamos a lograr.

Con el Parkinson fue diferente.

Diagnóstico

Cuando el neurólogo me preguntó por el origen de mi apellido, pregunta inevitable ante semejante trabalenguas, yo conteste la respuesta que doy automáticamente, aprendida desde mi infancia: el origen es alemán, pero desde hace muchas generaciones que estaban en noruega. Buscaba antecedentes familiares para saber por que razón tenía esos síntomas.
Cuando fui a esa consulta, a los 6 meses de nacer mi segundo hijo se me estaba paralizando la mitad del cuerpo. Rengueaba, no lograba casi mover la mano izquierda, el hombro izquierdo me dolía mucho y tenía un cuadro de depresión. Me había dejado estar muchísimo. Tres años antes me habían hecho un montón de estudios porque tenía hormigueos, insensibilidad y dificultad para la motilidad fina en la mano y el brazo izquierdos. Me dijeron que era por stress y yo me convencí de que, por ser diestra y usar poco el brazo izquierdo, tenía en éste menos habilidad. Haciendo memoria, en una caminata por las Sierras de Córdoba, a los 25 años, un amigo observó que yo caminaba sin balancear el brazo izquierdo, así que ahí ya estaba presente la enfermedad, no sabía que hacía 10 años que me acompañaba. Incluso ante mis “bajones” de ánimo, siempre se pensó que era sólo depresión. Especialmente esa se consideraba una depresión post-parto.
Yo sentía que había algo más, que avanzaba sigilosamente, agazapado dentro de mí, tomando posesión de mis movimientos, atrapándome sin remedio no solo en el cuerpo sino también en el alma.
Cuando por segunda vez consecutiva, preparando polenta no podía echarla en forma de lluvia en la cacerola, algo tan fácil… Volví a consultar al medico.

Empezaba una prueba muy dura, lograr descubrir que era lo que me pasaba. Las posibilidades estaban entre Esclerosis Múltiple, un tumor
cerebral, y cualquier otra cosa menos Parkinson. Esto último era muy difícil de suponer porque aparte de mi corta edad, temblores no tenía, cosa que lo hubiera hecho más fácilmente reconocible.
Me estaba identificando con mis abuelos que habían llegado a Argentina sin nada más que lo que traían puesto y su cultura. Ante la adversidad pusieron toda su energía en superarla, al mal tiempo, buena cara. Así encaré los tiempos en que me fueron haciendo los estudios: tomografía computada, resonancia magnética, angio-resonancia y consultas a 3 neurólogos, en los que estuve entre pañales, mamaderas, horarios de los chicos, una incertidumbre terrible con respecto a mi destino y sobre todo mucho miedo. Cuando ya mi bebe tenia 18 meses, por fin me dieron el diagnostico, estaba en el país del parkinson...

Al tomar conciencia de mi diagnostico me sentí descolocada, no era yo. A mi no me podía estar pasando esto ¿tener una enfermedad crónica? ¿Yo?
No, en todo caso seria algo pasajero, había que encontrar la manera de “resolver el problema”, que había osado sacarme de mi sueño para llevarme a otro país.
No reconocía mas el lenguaje de mi cuerpo, era como ajeno, un terreno desconocido del que no sabía el idioma y en el que estaba sola hasta la desesperación. Eso lo asocie con un exilio, expulsada del mundo de la salud en el país del parkinson.


En el libro El Cuerpo no Calla cuento las diferentes etapas de cómo fui reaccionando hasta ahora. Y una de las novedades que tengo es que muchos años después de haber dejado esa clase de baile, en marzo del 2015 me anoté y empecé otra vez a bailar zumba. 

1era TV - 1er chico - 1er auto

Hace poco escribí acordándome de la primera tele que ví, el primer chico que me gustó, el primer auto y el primer contacto con la enfermedad de parkinson ( no en mí)

Esta foto es del año 1983, estaba en cuarto año y tenía 16 años. A ver si adivinan cuál soy... Y el que quiera contar de alguno de estos recuerdos suyos, es bienvenido!


Me acordé de la primera tele que hubo en casa, obvio blanco y negro y chiquita. Debía tener 7 años y tenía permiso de elegir un solo programa, es decir, una hora como máximo (no siempre se cumplia). Aunque entre los cuatro canales de aire que había: el 7 (antes de ser ATC), el 9, chac chac, el 11, chac chac y el 13, no había mucho para elegir...


Pero me gustaba salir a andar en bici con los chicos de la cuadra. Horas pasaban. Y entrábamos a la casa de alguno, todos. Me daba muchísima verguenza pero me encantaba tomar el te en otras casas. Especialmente en lo de los P…, donde mi amiga Maria Marta era la mayor de 3, 4, 5 hermanos, segun pasaban los años en esa casa siempre había un nuevo bebe y una nueva panza de la mamá. Esa mujer tenia siempre una sonrisa tan tierna que a mi me magnetizaba. Llegaron a ser 6 los hermanos P…. Y yo casi que quería ser la séptima.


Claro que el chico que me gustaba, no solo no me correspondía, sino que ni me miraba, yo no existia. Desde los 13 justo cuando entré al nacional, usé un corsé de Milwaukee, que se parece mucho a un elemento de tortura. Tenía escoliosis y debia usarlo 23 horas al dia. La hora que me lo sacaba era para hacer gimmnasia y bañarme. Así que en el colegio yo era un artefacto que tenia un ser humano adentro, la única que me hablaba era mi amiga Silvia. Y le escribía casi todos los días a Mónica, que vivía en Salta. Con lo que me gustó siempre bailar, ninguno se animaba a decir la palabra mágica: ¿bailas?, por miedo a que me desarme...
Todo eso paso, 3 años fueron los de corsé. Despues si tuve novio... Desde mis 17 años tengo mis mejores recuerdos.


Para mis 21 me regalaron un Dodge 1500, con motor gasolero, viejisimo. El Milqui fue bautizado "El rayo blanco", por el que hoy es mi marido. Era obvio que habia sido taxi unos cuantos años. No le funcionaba nada más que el motor, encontraba una rueda baja por lo menos 1 vez por semana, si era en la facultad, no era un problema porque éramos varias las que volvíamos en mi auto. Era sabido que la que se sentaba al lado mio iba a tener la función de sacar la mano por la ventana cuando iba a doblar a la derecha, yo la sacaba para la izquierda. Tambien debía desempañar el parabrisas y por el ollín, el pañuelo quedaba negro en esa operacion. Obviamente en verano me derretia sentada en el tapizado de plastico negro y el volante quemaba tanto que a veces no lo podia tocar. Pero en invierno manejaba hasta con gorro, bufanda y guantes. Desde ya que no tenía música, que igual no se hubiera oido porque del ruido que hacía el motor, nos teníamos que gritar.


Nunca me voy a olvidar cuando vi en la casa de los abuelos de mi marido a una señora, amiga de ellos, en silla de ruedas. Era una viejita, super flaca y chiquita que estaba elegantemente vestida y temblaba como una hoja. Cuando se le cayó el vaso que tenía en la mano y se rompió en mil pedazos, tenía una expresión de mezcla de impotencia con asombro y vergüenza que a mi me despertó una compasión... y pensaba: ¡que feo debe ser tener esa enfermedad! Mientras se escuchaba la voz del dueño de casa que protestaba, no por el vaso roto, sino por la pérdida del whisky...

Respirar


Desde la primera inhalación que tomamos al nacer estamos respirando, hasta que demos nuestra última exhalación. Pero, realmente ¿respiramos?
Hice un taller intensivo de 7 días seguidos de El Arte de Vivir. Es muy profundo el efecto de aprender esta técnica hindú para oxigenarse y no se puede explicar, solo se puede experimentar pero se los quiero transmitir.

Confieso que cuando me invitaron a hacerlo, María y Diego, me impactó mucho el gesto y al ver la página web pensé: que cosa más rara es esta… Pero como prometía ser una técnica de respiración para reducir el stress, corregir conductas o hábitos malos para la salud, eliminar el insomnio, aumentar las defensas del sistema inmunológico… En fin, era imposible negarme, así que fui.

Todo lo que hacemos y sentimos tiene un determinado ritmo de respiración. Sólo con dos ejemplos lo podemos ver claramente: cuando suspiramos, la exhalación es en lo que se hace hincapié, porque acompaña un sentimiento de nostalgia, tristeza… Cuando sentimos un placer muy grande, tomamos una inhalación profunda. Se asocia este último tipo de respiración con nacer y el otro con morir. Pero hay infinitos matices.

Y lo que me pareció más importante es que no se respira ni en el pasado ni en el futuro, sino ¡todo el tiempo en el presente! Quiere decir que si estamos enganchados con recuerdos del pasado no estamos “respirando” el presente, lo mismo si vivimos colgados de ilusiones puestas en el futuro… Obviamente no significa no repasar la historia, para aprender de ella, solo evitar quedarse ahí. Tampoco no tener proyectos, o ilusiones, pero sí evitar aferrarse a una expectativa, mejor vivir expectante a lo que la vida nos de.

La técnica de respiración lo que hace es oxigenarnos, es decir que nos da energía. Y por otro lado nos hace “respirar” nuestras emociones, con lo que se libera la mente para que pueda guiarnos sin el peso de acarrear esas emociones negadas o reconocidas pero no descargadas. Yo sólo hablo por mi experiencia, que fue muy reveladora. No digo que sea mágico, simplemente útil.
El resultado es que hoy por hoy me siento más capaz de conectarme con el presente y la realidad. Y en lo concreto, estoy durmiendo mejor, y me conecto menos a Internet. Lo más increíble es que reduje la dosis de mis remedios para el parkinson. Eso es hace 2 meses, es bastante llamativo para mí tomar menos l-dopa que hace cuatro años…

Por eso tengo esa sensación de estar renaciendo. Aunque al mismo tiempo sigo con miedo a poder mantenerlo y al futuro, ¿será cuestión de ir “respirándolo?

Si alguien quiere saber de esta ONG, la segunda en importancia a nivel mundial, después de la cruz roja, está en 144 países, este es el link:
http://www.elartedevivir.org/

Despedida de Rusia



Hace un año terminaba mi viaje a Rusia. El 15 de agosto del 2006, salí de San Petersburgo hacia Madrid, para después seguir hasta Buenos Aires. Estaba plena de impresiones, en un mail que escribí en ese momento dije:Este viaje en lugar de esclarecerme, me confundió más, necesitaré tiempo para decantar todas las impresiones. Pero me esta pareciendo que soy mucho más argentina de lo que pensaba!!!!!!!!
Y si, tiempo... Pero después de analizar mucho llegué a la conclusión de que desde que recibí el diagnóstico de parkinson me identifiqué con mis abuelos. Ahora entiendo que eso fue por quedarme en lo que había perdido, que lo magnifiqué mucho, hasta el punto de sentirme extranjera! No era para tanto lo que quedó atrás, no se si estaría tanto mejor sin parkinson. Es más, hay mucho que empecé a disfrutar a raíz de este sacudón. Quién sabe si me hubiera despertado…

La foto es la última que me saqué allá, un rato antes de ir al aeropuerto, en los jardines del palacio Peterhoff de San Petersburgo. Ya voy a seguir mostrando los lugares que vi, como: el Metro de Moscú; El Teatro Marinsky y El Hermitage de San Petersburgo. Historias y anécdotas, y más imágenes.
Pero ahora quería compartir mis reflexiones:


Reflexiones del viajeFue muy interesante desmitificar este país. Algunas cosas resultaron tal como me las imaginaba, el temperamento de la gente por ej. Los rusos son muy pasionales, cosa que no se percibe a primera vista… Viven muy intensamente pero son muy contenidos.
Pudieron soportar hechos que sólo gracias a una gran fortaleza de espíritu podían haber aguantado.
Lo que no me podía imaginar es que después de más de 70 años de comunismo en lugar de quedar todos parejos tienen la mayor conciencia de las diferencias sociales que yo haya visto. No sólo económicamente hablando, sino también culturalmente. Eso jamás me lo hubiera imaginado.

Algo que me llamo poderosamente la atención es lo que dicen muchos rusos, que es imposible que su país marche bien si toda la gente capaz fue perseguida, asesinada o se fue (Lo dijeron algunos amigos mios, las guías, la profesora de ruso…)
Mi opinión es un poco diferente, yo creo que tal vez sea difícil para ellos ser maduros, porque están acostumbrados a siglos de estar “bajo el zapato” de alguien. Los zares y después el régimen comunista, no les permitieron desarrollar su iniciativa.

Rusia quedó aislada del resto del mundo, atrasada y luego tuvo que volver a los ponchazos a actualizarse, con todo lo que eso implica para la gente. Esto les pasó reiteradas veces en la historia: Pedro el Grande y Catalina la Grande fueron dos zares que en sus reinados “abrieron” el país al resto del mundo. Luego de la caída del Muro de Berlín volvió a ocurrir. Fue un shock, un altísimo porcentaje de la población, no puede ni soñar en acceder a todo eso que viene de occidente y están muy amargados. En el centro de las dos ciudades están TODAS las marcas internacionales, de accesorios, ropa, autos, todo lo más caro del mundo. Y eso, para el común de la gente es simplemente inaccesible. Es una realidad para pocos, el interior del país no es ni remotamente como esas dos ciudades.

Con respecto a mis abuelos: lo que es evidente es que si se quedaban podían perder todo (incluso la vida, como ocurrió con algunos miembros de la familia) y partiendo también. Es difícil imaginarse lo pobres y desamparados que se deben de haber sentido, saliendo de su Patria, siendo que no existía más, tal como era donde habían nacido. Además de la sensación de que se trataba de algo pasajero, que iban a volver, cosa que jamás pudieron hacer. Salieron con lo puesto y una valijita. Tuvieron que adaptarse a un país nuevo, arrancando de cero. Y además del desarraigo, sin dinero y solos.

Pero ahora pude ver el lado positivo. Allá entendí cuan intensa era su vida cultural y espiritual, que eso sí lo pudieron recuperar. Ellos se conocieron acá en Argentina y vivieron un amor mutuo fuera de serie. Yo no ví otra pareja tan enamorada como ellos, hasta el fin de sus días. Se asentaron en Buenos Aires. Compartieron su pasión por la música y tuvieron una vida feliz formando una familia. Se adaptaron a su nueva realidad e hicieron de ella algo por lo que valía la pena vivir.
Heredé el aprendizaje de ellos, el de la escala de valores. En la que lo más importante es la fe y lo que vale cada uno como ser humano. Lo que cada uno tiene dentro de sí, que nadie nos puede quitar: el alma. Lo demás es accesorio.

Tiempo. Memoria.

Calle Juncal, ciudad de Buenos Aires, Junio del 1939.





Calle Juncal, ciudad de Buenos Aires, Julio del 2007


Para Andrei Tarkovsky, cineasta ruso, el Tiempo es un estado:



"La flama en la cual vive la salamandra del alma humana"


Tiempo y memoria se funden uno en el otro. Son como dos caras de una medalla. Para él, el tiempo es un concepto espiritual.


"El sufrimiento nace de la insatisfac­ción, del conflicto entre el ideal y la situación en la que uno se encuentra en ese momento. Mucho más importante que el sentimiento de «felicidad» es el fortalecer el alma en la lucha por aquella libertad verdaderamente divina."


Para Benjamin Franklin, político y científico estadounidense, el Tiempo es dinero. La famosa frase suya:


"Time is Money"


Una definición pragmática.


"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días."


¿Cuál se acerca más a tu opinión?

¿Les gusta el juego de las 10 diferencias entre 2 imágenes? Aunque no se cuantas serán...

Nace una flor





Inconsciente Colectivo
Nace una flor,

todos los días sale el sol,

de vez en cuando escuchas aquella voz.

Cómo de pan,

gustosa de cantar,

en los aleros de mi mente con las chicharras.

Pero a la vez existe un transformador

que te consume lo mejor que tenés

te tira atrás, te pide más y más

y llega un punto en que no querés.


Mama la libertad,

siempre la llevarás

dentro del corazón

te pueden corromper,

te puedes olvidar

pero ella siempre está


Ayer soñé

con los hambrientos, los locos,

los que se fueron, los que están en prisión

hoy desperté cantando esta canción

que ya fue escrita hace tiempo atrás.

Es necesario cantar de nuevo,

una vez más...


Charly García

todos los dias sale el sol












No hay dos iguales, saque estas fotos desde el mismo punto observando que al amanecer el cielo se ve siempre diferente, esta en constante movimiento. Algunas fotos son parte de una serie del mismo dia y otras son de diferents dias.

¿Podremos ver la maravilla de la naturaleza? ¿Cual les gusta más?

10 años



Hoy hace 10 años que falleció mi abuela. Voy a ir publicando semanalmente lo que nos contó de su vida que me parece un ejemplo de adaptación. Iré agregando sus historias que parecen cuentos aunque fue todo real. Por ahora solo la presento con su retrato.

Con la humildad que vivió jamás se pudo imaginar la fuerte marca que me dejo. La estoy descifrando poco a poco, por medio de cartas suyas y mías, el olor de las fresias que me llevan a su jardín, de las uvas chinches, escuchando “El Moldava” de Smetana, mirando fotos de su vida y viendo los lugares por donde anduvo, con ese paso inestable pero absolutamente determinado a no rendirse nunca. Sea lo que sea que pase ella seguiría adelante pensando solo en el paso siguiente. Y si no sin pensarlo, para no sentir tanto dolor a veces la negación es el único remedio.

hoy

Imagen: laberinto. Autor: Juan, 5 años.
"Hoy es el mañana que ayer me preocupaba"

Anthony Hopkins

sola


Sola, la tarde tenue se diluye.

Rosa pálido, dolor persistente,
intuye.

Del ombú penden mis sueños,
y los tuyos.

Los titiriteros no son dueños
de las marionetas.

Sola, se hamaca suave la palmera,


testigo del horizonte,
que devora mis deseos, y los tuyos.

Breve luz, no me dejes.

Gato negro, faro amarillo.

Noche, pozo hondo
de máscaras y rebeldía.
Libre. Sal. Duele. Alegría. Sola.

¿qué control tenemos?



Cuando intentamos frenar algo irremediable hacemos el mismo esfuerzo sobrehumano que cuando tratamos de forzar a que suceda algo imposible. Los únicos perjudicados somos nosotros. Vivir controlando todo nos produce una tensión desvastadora. Imposible relajarse. Hay tanto de lo que ocurre que no depende de nosotros en el universo... Incluso en nosotros. Tenemos relativamente bajo control nuestra vigilia. Pero ya el mundo de los sueños no nos pertenece. ¿Podremos aprender a fluir? Dentro de los parámetros elegidos, entregarse y confiar. SER.


La pintura es "Migraña" de Anne Adams.



Comentarios de lectores

Esta historia es un canto a la esperanza, detrás de cada escollo, de cada sufrimiento, de cada obstáculo, ella vislumbra la lucecita que le permite la conexión con la vida y el amor.
María de los Angeles Toledo, Bs As

Leí el libro de Marina, ¡es una excelente escritora! ¡me atrapó de entrada!
Juana Lascaray

Me gusto mucho como manejaste la figura del "exilio" y el "juego" de esos dos mundos... Creo que para quienes pasamos por situaciones tan limite como es tu enfermedad o en mi caso la muerte de un hijo, es imposible no transitar entre dos mundos. Sin duda hay un mundo exterior que sigue andando y del que, por momentos, no formamos parte. Asi tambien empieza a existir un mundo interno bien distinto al que ya existia. Y aqui esta lo valioso de tu obra. Haber hecho publico un mundo de sensaciones y emociones, de miedos y angustias. Todos las sentimos pero muy pocos se animan a reconocerlas. Poder decir lo que a uno le pasa es el principio de la solucion, pero ¡que dificil!
Socorro Ham

Me pareció lindísimo y escrito con un estilo tan natural, tan tuyo, que leerlo fue como compartir con vos una charla de amigos donde hubo espacio y tiempo suficientes para recorrer todos los rincones de tu historia de vida. Me emocionó muchísimo saber de vos leyéndote en tu libro. Te felicito de todo corazón y estoy segura de que este libro es el primer paso en un camino lleno de oportunidades. Sos una genia y tu iniciativa me inspira y me da ganas de hacer lo mismo: publicar!!
Clarina Pertiné

Queria agradecerte el libro q has escrito, has desmostrado y aun continuas haciendolo el empuje q debes tener el dia a dia, a pesar de tener una personalidad timida y reservada , sacaste Dios sabe de donde la fuerza de una leona y q vale la pena vivir a pesar de todo, aunque más no sea para descubrir el olor del sol y recuerda que lo mejor aun está por venir........
Un abrazo a la distancia y de corazon espero conocerte algun dia,
Lili Chazkin

La semana pasada termine de leer tu historia. Fue muy atrapante y emocionanate. No pude dejar de lagrimear con las historias de vida de tus queridos abuelos.
Me senti muy identificada con muchas partes de tu recorrido y corrobore lo dificil que es aceptar el hecho de vivir con una enfermedad... aunque al final todo se puede.
Empece a experimentar lo calmante de esa sensacion de abandono y desahogo. La cercania con lo espiritual me trajo mucha paz interior y salud....
Te mando un abrazo y beso grande.
Clara Pasman

Marina es una de las escritoras más sabias, y con más agallas que leí en estos últimos anios! impresionante, simplemente. Un equilibrio tan logrado que casi marea... tenés que leer "el cuerpo no calla" y agarrate Catalina.
Carmen Cordiviola, Berlín

Al libro de Marina me lo devoré. Me gustò muchísimo y me sentí identificada con muchas cosas de cuando yo estuve con una neuropatía. Te agradezco que me invitaras y me alegro muchísimo de haber ido. Trasmitile mis felicitaciones. Con la garra que tiene, y esa sensibilidad espiritual, le auguro un camino de logros y batallas vencidas. Y, desde ya, la tengo incorporada a mis oraciones para que siempre siga dandonos esa lección de fortaleza.
Un beso enorme
Raque Lanusse, Bs As

Me encanto tu forma de escribir y de contar tu histria!!! tan llena de coraje y de sentiemiento!!! Los cuentos de tus abuelos... y sus historias tan duras como interesantes...
La verdad es que te queria FELICITAR con mayusculas Me encanto tu libro y espero leer tu proxima obra!!! Creo que tenes un don que vale lapena comprtir!!!
Beso, Dolores Basavilbaso

¡Es que me lo devoré! Lalo dormía, yo en la cama, a su lado, me agarré la laptop y empecé. Me atrapó. ¡Sos una genia escribiendo! Vas llevando al lector perfecto... de la manito. Capítulo aparte es "tu historia"... cómo la vas explicando, desarrollando... cómo te vas abriendo. A mí, me apasiona preguntarle a la gente por las vueltas de su vida. Cuando te van contando de emigraciones, viajes, desgarros, guerras, amores, hijos, ¡es apasionante!
¡Ojalá te animes a escribir más libros!
Besos
Isabel Berazategui, Barcelona.

Opera prima y por tanto, casi obligada de descarga autobiográfica. Suave, muy suave, aparentemente. Pero mano de hierro en guante de seda. En el interior subyace junto a esa extrema delicadeza una gran autoexigencia, generada por la estricta educación.
Describe el impacto sobre esos estratos sucesivos de, joven, esposa, madre… mujer al fin, de la Enfermedad de Parkinson juvenil. Como, poco a poco, invade su cuerpo y su mente, los cambios en su personalidad. Pero no es un libro sobre la Enfermedad, sino un libro de la adaptación de un enfermo a esa nueva realidad. Aparece con toda naturalidad porque es su vida cotidiana. Un motivo más para leerlo.
Antonio Cortina, adm. del foro de Parkinson de Rediris, Lyon

A medida que iba pasando las páginas, las sensaciones mutaban desde la fascinación por tu historia ancestral, hasta el interés por tu presente.
Sé que vas a tocar muchos corazones con este libro, y esta predicción no se sostiene en ningún basamento sociológico ni de marketing. El amor que destilás de principio a fin, aún en los momentos más duros y de mayor desconcierto. Eso se respira todo el tiempo. Ni un atisbo de rencor, algo tan difícil de lograr pero que suma y capitaliza MÁS AMOR.
Necesito "felicitarte" por haber combinado tan mágicamente las palabras. Quiero simplemente que sepas que me encantó. Un beso grande,
Mariela Peri, Rosario.

En medio de los problemas, los remedios, el malestar, encuentro en vos Marina una búsqueda tan vital, una conexión admirable con tus sentimientos, tu evolución, tu cuerpo. Me parece que la Marina que muchas veces se ve a si misma insegura y temerosa crece a grandes pasos y tiene recursos internos gigantes y nos esta enseñando a todos a acercarnos, y a compartir su mundo y forma de expresarse, escribiendo.
Gracias por dejarme ser parte....
Gabriela Pignotti, Prov. Buenos Aires.

Lo cierto es que me gusto mucho leer tu libro y sin ser un experto ni mucho menos me gusto la forma que tenés de escribir. La verdad que mientras lo leía, sentía que te estaba conociendo más ya que habían frases que nunca me las hubiera imaginado en tu boca y sin embargo ahí estaban puestas por vos.
Me parece muy bueno que si esto es una pasión la dejes fluir libremente.
Te mando un gran abrazo.
Agustin, Prov. de Córdoba.

Leyendo esto pude ponerme en tus zapatos por un momento. Entiendo lo que decís con eso de ser "extranjero". Yo no tengo recetas mágicas, pero creo que estás en lo correcto cuando decís que no es bueno tratar de parecer nativa sino ser uno mismo. Vos tenés todo para conquistar cualquier país, sensibilidad, inteligencia, belleza, simpatía y sobre todo amor, el tuyo, el de madre, y el nuestro con el que tratamos de abrigarte de la mejor manera para que no te sientas sola.
Te quiero mucho
Nadine, Londres.

El libro me ha parecido extraordinario. Lo leí casi sin interrupciones. No soy de entusiasmarme facilmente, y , sin embargo no lo podría dejar hasta que lo acabé.
Muestra, con transparencia la personalidad de la autora. Firme, dulce y no desprovista de cultura.
El estilo es claro, directo y simple, sin retórica, parece que, como el de un francés del siglo XIX -no recuerdo quien- se hubiera formado en la lectura del Código civil.
En fin, me faltan palabras para elogiar a la obra y a su autora.
Le deseo todo lo mejor.
Un Abrazo,
Jacques Wilson Rae, Bs. As.


Querida Marina, devore tu libro. Lo empece el dia que lo presentaste, y lo termine el lunes feriado. Me encanto!!! Me impresiona lo "Vívido" que es. Un verdadero testimonio acerca de un proceso de enorme maduracion personal ante una situacion inesperada y dificil.
Me encanto aquello que nuestros hijos nos eligen a nosotros para enseñarnos a vivir mejor. Tambien aquello de aceptar y amar nuestro lado "oscuro" como modo de lograr paz interior.Y todo lo de tu viaje a Rusia, del que sabia tan poco, que interesante que fue! La verdad no nos fijamos si no caminas bien o temblas (honestamente nunca me di cuenta). No te preocupes que aun si ello pasara, te seguiriamos queriendo como siempre!!! Nuevamente, felicitaciones por tan lindo libro. Intentaremos conseguir dos ejemplares mas para regalar a buenos amigos a los que les va a gustar. Un beso. Pancho Agote, Bs. As.


a las mamás de 5to: les escribo para compartirles que, como alguna de ustedes, fui a la presentación del libro de marina lassen. me gustó el nombre del libro, me gustó escucharla a marina (estuvo todo re-lindo), y me volví a casa con el libro.
y lo empecé a leer. y me lo devoré.
y les cuento que además de la calidad con que está hecho (presentación, talento, hondura, y demás) , me pareció impresionante la generosidad con que marina nos comparte su vida, su historia, su enfermedad, su búsqueda. su corazón.
me parece que , ya que vienen las vacaciones y con suerte tenemos un poquito más de tiempo libre, sería buenísimo que lo pudieran leer. porque es un verdadero tesoro.
no todos los días tenemos la oportunidad de leer una historia donde la protagonista es contemporánea nuestra, vive cerca nuestro, tiene a unos de sus hijos en el mismo colegio que nosotras (hasta tal vez en la misma clase!) y al mismo tiempo vive lo cotidiano con tanta hondura y talento.
re-buena lectura de vacaciones !!! no se la pierdan !!! mil felicitaciones a marina y a todas un abrazo enorme de navidad. con muchísimo cariño, mercedes mosquera, bs. as.


En el fondo de mi lo que subyace es una.... ENORME ENVIDIA VERDE Y ASESINA por lo bien que escribes novela. Francisco Montesinos, Madrid


Tu libro Marina, el que no deseaba que terminara porque lo recorrí, más que leerlo, tuvo y tiene un efecto distinto que el que quizá tenga en otros lectores. A mi me atrapó y abrió "casilleros" de silencios que guarda mi mente. Marina, tu libro me llevó a preguntarme muchas cosas, me disparó para otros lugares y tu búsqueda y tus sensaciones de pronto eran mias. Viajé en tus palabras hacia dentro tuyo y hacia mi propio interior.
Te quiero Marina...cuidate mucho. MIL BESOS!!
Irma Zafiro, Bs. As.

gracias pedro




Recibí muchos comentarios sobre "El Cuerpo no Calla". Es muy intensa la sensación de entrega que tengo. Me entregué con mi libro. Y también es fuerte la respuesta que me están devolviendo. Mi amigo Pedro Neila fue el primer entuciasta. Debo agradecerle sus palabras, que son una obra de arte:


"Este libro es mas bien un atlas de precisión. En que se pormenoriza la geografía de tu alma. Fiordos acuchillados de acantilados de penas súbitas quizás eternas, y radas acogedoras de arenas seductoras. Cascadas, cataratas de lágrimas que a veces caen en lagunas no comprendidas del todo. Icebergs que se interponen en la singladura de la vida que abren heridas en la quilla del ánimo. Oleajes desenfrenados de horribles cabellos de espuma, galernas, tifones, alternan con mares rimados, que permiten solazarnos con la belleza de corales de colores acristalados. Mientras un leviatán rodea nuestros pies con crueles tentáculos y pugna por llevarnos a abismos de noches eternas. La extrema debilidad del Parkinson quizá sea el mejor testimonio de fortaleza. Entre tantas asechanzas el barquito de tu vida, nuestra vida, se obstina en seguir a flote. A veces la voluntad de vivir se me antoja suicida. Sé que hubieras preferido otras rutas, otras aguas, sin embargo tu libro es el testimonio de un velero que planta cara al huracán, y aunque a veces sientas las mojadas sombras del abismo cercano, está claro que no piensas abandonar el timón. Cuando el viento arrecia lo mas prudente es recoger velas para proteger el mastil de ese propósito tuyo de seguir viviendo. No olvides sellar las vías de agua con la pez de la levodopa. Que no falte nunca tu velero, porque has iniciado una singladura que puede ayudar a muchos a plantarle cara al ciclón." Pedro Neila


Y cuando le recomendó mi libro a su primo le escribió lo siguiente:


"Bueno primo Fernández, a modo de prefacio te haré una breve aproximación a la pluma autora del libro. Marina Lassen, primero que nada es mujer, obvio si uno pone atención en el nombre de pila. El apellido no es muy argentino, sería necio creerlo. El caso es que por las venas de Marina corre un híbrido de fluido eslavo con su pintita de sangre escandinava. Poseedora de una fina inteligencia y de una cuidada y amena prosa (como podrás notar enseguida) , es paradójicamente chica reservada e introvertida hasta la extremidad. Estas gruesas gafas mías por las que ya han pasado algunos textos me hicieron notar enseguida, al socaire de la lectura del libro de la chica, que no se trata de persona común ni masiva, me parecen prodigiosos sus análisis así como sus conclusiones. Así se lo hice saber, ¿sabes cual fue mi premio? ¡¡Un adjetivo!! Me llamó exagerado. A día de hoy reniego de tal calificativo y reincido en mi criterio. Marina es persona diferente. Pero no solo domina la prosa, no amigo Fernández. La poesía no tiene secretos para ella.
Algo más debes saber. Yo en mis inicios de lector, apuro me da reconocerlo, era frecuentador del llamado burdel de las palabras (diccionario por otro nombre) locuras de juventud. Yací con muchas palabras primo, las “conocí” según jerga bíblica... Ya a parte esos excesos de mi vida, y difícil era hasta el momento que tu viera que volver aquellas actividades prostibularias, “””que no se si tu conoces”””, dada tu juventud austera y ascética. Pues bien, la señorita Lassen me ha obligado a reanudar a aquellas disipadas costumbres. He tenido que volver al Espasa. Aunque he de decir en mi descargo que muchos de los términos que ella usa y que desatornillan mi comprensión por causa de localismos argentinos. Ella habla el castellano como nosotros pero como bien sabes las denominaciones varían con la latitud.

Ahí va su libro y prepara el pasaporte por que el libro te hará viajar a Rusia."






Confieso que me avergonzó con tanta alabanza...



Casi fue el prólogo.



Gracias Pedro!

presentación de "EL CUERPO NO CALLA"




Video de Agustina Cúneo en la presentación de "El Cuerpo no calla"


Esto fue lo que se dijo:


Yo: Me resulta más fácil escribir (hasta todo un libro) que hablar en público. Pero quiero trasmitirles mi alegría de cumplir el sueño de publicar El cuerpo no calla.
Agradezco mucho a todos los presentes, en una época con tantos compromisos.
Siempre me gusto la música, de allí mi admiración por Charlotte Stuijt. Es un honor que esté aquí. La vi por primera vez en la Catedral de San Isidro. Sonaba una orquesta dirigida por una mujer de cabellera lacia que se sacudía con gran pasión.
Mi madre y mi madrina cantan desde hace un tiempo en este coro.
Muchas gracias Charlotte,
_Aprecio mucho que estés aquí!!

CORO FEMENINO DE CHARLOTTE STUIJT interpretó:

-Go, Tell it on the Mountain – Spiritual

-Alleluia – Mozart (Canon)

-Edelweis – De la Novicia Rebelde

-Walking at Night – Canción popular checa

-Silent Night - Tradicional

YO: Ante el diagnóstico de Parkinson, recibí el consejo de hacer Feldenkrais. Felden… que? Pregunté, como me imagino que deben estar haciendo muchos de ustedes. Son ejercicios que se hacen guiados por un especialista. En mi caso lo hice con Patricia Moore y aprendí muchísimo. Te agradezco mucho Patricia. Lo que puedo resumir es que el cuerpo es el transporte del alma. En el libro cuento cómo, por medio de esos movimientos fui encontrándome conmigo misma.
Los dejo con Patricia que se los va a explicar muy bien.

PATRICIA MOORE (especialista en el Método Feldenkrais): "Conocí a Marina, un día cualquiera del año. De repente abrí la puerta y me encontré, con ella. Creo que de ahi en mas, sin palabras, comenzamos una relacion, profunda y muy original.


Original porque ella buscaba, cosas tal vez fuera de mi alcance, no lo sabemos aun y se encontró con ella misma, trabajando con su cuerpo sus emociones, sus deseos todo su ser. DESDe un principio me di cuenta que estaba en un camino de busqueda muy profunda y que lo mas importante para que apareciera aquello que todos llevamos y a veces no usamos, es nuestra capacidad para la vida, basada en nuestra propia ceatividad.

Este no es un trabajo facil, uno tiene que meterse muy adentro sin miedo, porque allí muy profundo está ese espiritu que nos anima, creo que en mis largos años de trabajar con este método Feldenkrais y algunos otros, siempre encontré que todos nosotros tenemos un lugar donde refugiarnos en nosotros mismos.

hay momento fáciles de hacer esto y otros no. Me acuerdo de Marina como de alguien con miedo con dudas todas muy justificadas, pero la relacion entre ambas y alguna compañera, el abrirse a oir verdaderamente para ella fué una aventura Y así la tomamos, vivir con lo que nos toca es una aventura un entrar en territorios desconocidos y prometerse encontrar , lo que nos ayuda , ocupando nuestro tiempo en eso. Ella lo hizo lo está haciendo y como ya descubrio este talento o don personal, lo seguirá haciendo, no tengo la menor duda de como sigue el proceso de crear en su vida.

Les cuento algo anecdótico y cortito. Una tarde fuí a la casa de una amiga y vi una película francesa que se llamaba "cartas a paris " o cartas de Paris.

Como salía una abuela rusa le dije a Marina , en una clase porque no la alquilás y la ves????
La semana siguiente vino y me contó que era su propia vida.Que sorpresa y que impulso para investigar lo propio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Asi´empezó todo, escribir, borrar, de nuevo empezar, etc y despues un viaje a Rusia, SOLA!!!!!!!!!!!!!!!

Se sostuvo a si misma y pudo hacer todo lo necesario para llevar adelante proyectos, difíciles.

Y en eso está, te quiero mucho, Marina, creo que nos has dado a muchos la lección de poder llevar a cabo tantas cosas. Es un honor para mi haber sido tu profesora de Feldenkrais. Sabés que siempre voy a estar a tu disposición, mi casa está abierta para cuando quieras volver aunque sea a tomar un café. Y por supuesto te deseo o mejor.No quiero olvidar el esfuerzo que hace la familia y la ayuda de otros profesionales, que como yo entregaron a Marina, lo mejor de si".


Apareció de sorpresa Isabel, mi compañera de Feldenkrais y dijo unas palabras muy lindas.



YO: Pude ver mi identificación con mi abuela materna.
La historia de mi abuela me parecía digna de ser contada. Quise hacerle un homenaje con este libro. Transmitir el coraje con el que ella construyó su vida.
Ayer revisé lo primero que escribí acerca de ella. Me llamó mucho la atención, comenzaba con la frase: “Imposible borrar del cuerpo esa sensación de inmenso calor de sus brazos…” Considerando que eso lo escribí en el año 2005, parece casi premonitorio, estaba hablando de algo que tenía grabado en el cuerpo. Mucho antes de pensar en el título del libro. ¡Empecé a hablar de mi abuela diciendo que todavía sentía el calor de su abrazo!

Desde que aprendí el abecedario me pareció fascinante el mundo que se me abrió. Las letras eran sonidos que formaban palabras y estas contaban historias, develaban misterios y en definitiva, me llevaban de viaje a otras vidas. Había leído mucho pero en ese momento, la misma entrega que había tenido como lectora la volqué a expresarme por medio de la palabra escrita. Situaciones, experiencias y sensaciones aparecían en forma espontánea.
Mónica Mc Cormic me recomendó un curso literario aquí mismo, en La Posada del Te, dictado por Sebastián Dozo Moreno. Gracias a ese taller literario amplié mi horizonte en las letras y comencé a escribir este libro. Esto se transformó en la aventura de recordar por medio de la escritura.
Les leo un fragmento del libro que muestra algo de lo que recordé escribiendo:

“Me encantaba quedarme a dormir en la casa de mis abuelos maternos. Antes de dormir, mi abuela Esperanza me arropaba con unas mantas muy pesadas, tejidas por ella al crochet. Ese peso sobre mi cuerpito era muy agradable, y las sábanas olían a ella, como toda su casa. Eran frescas al contacto con mi piel. Ella me daba unos besos cuya ternura la sentía hasta en los pies. Y me decía:
—Buenas noches, almita mía.
Siempre me persignaba antes de alejarse.
Sus modos eran de una ternura firme, cubierta por una capa de inexpresión. Había tenido que proteger su sensibilidad para sobrevivir a lo que le tocó pasar. Sus piernas eran un poco flacas e inestables. Pero su fuerza de voluntad la llevaba adelante. Aunque fuera para dar otro paso, otro y otro más. Porque la vida era eso: pasos.
A la mañana, ella prefería que yo no me levantara sola, que la llamara desde la cama.
—¡Baaaaba! —gritaba.
Y al ratito llegaba resoplando de subir la escalera. Una mañana la vi entrar con un pañuelo en la cabeza y olor a cebollas en las manos. Sus ojos verde seco se habían humedecido. Me aclaró que sus lágrimas eran pura y exclusivamente por esas cebollas. A mí me pareció que me engañaba. Abrió las cortinas pesadas y por las ranuritas horizontales vi el brillo del nuevo día. Levantó la hoja de abajo de la ventana de hierro. Soltó los postigos y los abrió de par en par. La luz me daba de pleno, ese cuarto chiquito, a la mañana quedaba todo ocupado por la luz del sol. Primero me tapé con la sábana para filtrar un poco mi encandilamiento. Cuando me acostumbré, con los ojos chinos, me destapé y gateando por la cama llegué a los pies de la ventana. Mi abuela me preguntó qué veía, y yo dije:
—¡Qué lindo techo tiene la calle!
Me refería al cielo, creo que lo entendió. Mi abuela me abrazó con su alma pegadita a la mía, inspirando profundamente, y diciéndome:
—Tesoro mío…
Creo que tenía otra vez los ojos en el punto húmedo, lo sentí. No eran las cebollas…”

Y otro fragmento del libro que cuenta lo que significa escribir para mí:

“Escribir me cambio la vida. Poder sacar lo que mis emociones generan en forma de palabras escritas me produce una satisfacción enorme.
El arte transforma. Así como en cualquier expresión de arte veo aparecer algo nuevo, lo mismo ocurre en mi alma. Me genera un sentimiento que nace y crece. Un sentimiento que es, a su vez, regenerador: amor. Un amor desinteresado, por la vida y por la naturaleza. Eso se resume en amor a Dios.”


Muchas veces me dijo mi abuela que no me olvidara que lo mas importante que podía tener en la vida no se veía, haciendo el ademán de señalarse la cabeza y el pecho, queriendo decir que ahí adentro estaba alojado lo principal. Y realmente no hago mas que seguir comprobando que es así. Que fácil es verlo en un ejemplo tan directo, si a cualquier persona, hipotéticamente, la despojamos de todos sus bienes materiales hasta de privilegios, que queda? Es interesante hacer ese ejercicio mental. En definitiva queda la capacidad de cada uno de adaptarse, de ganarse la vida, de relacionarse, creer y ser feliz.

Cuando terminé de escribir el libro lo vi con Agustina Cúneo. Ella se interesó en lo que había escrito y me ayudó a preparar el texto para poderlo editar.

Y para continuar con la cadena de eventos afortunados nació Bergerac Ediciones, que me ofreció editar El cuerpo no Calla.


AGUSTINA CÚNEO: las palabras de Agus son las que estan en el video de más arriba en esta entrada.


Brindamos, hubo sandwiches y vino. Recibí muchos abrazos y me quedó un recuerdo espectacular del cariño que recibí ese día. Calculamos unas 150 personas presentes, y ¡vendí 100 libros!
Ya contaré más de las presencias, sorpresas y repercusiones.





charla en INECO


La Lic. Teresa Torralba me invitó a dar mi testimonio en INECO en el marco del Día del Parkinson.


"INECO invita a las personas con enfermedad de Parkinson a participar de talleres de memoria, musicoterapia, kinesiología, terapia ocupacional, entre otros. Al mediodía contaremos con la presencia de una invitada especial, la joven arquitecta Marina Lassen autora del libro “El cuerpo no calla”, una novela autobiográfica que narra las reacciones y sensaciones de la autora ante una situación adversa. Es un testimonio de cómo se vive la enfermedad más allá de los clásicos síntomas motores.La Arq. Lassen compartirá con nosotros su historia.

Es importante crear conciencia de que en la enfermedad de Parkinson intervienen emociones, cambios del ánimo y sensibilidades. Los síntomas no motores son parte integral de la enfermedad. Su mejor reconocimiento ayudará a mejorar los tratamientos y a crear mejores estrategias para convivir con esta enfermedad."


Mostré unas diapositivas que se pueden ver en este link de youtube


Estas son las preguntas que me formuló la neuróloga Anabel Chade:


1 No puedes elegir tener Parkinson o no tenerlo. Pero qué otras cosas puedes elegir hacer?La forma de ver la realidad.
Adaptarme

2 ¿Cómo manejar el stress diario ya que sabemos que empeora los síntomas del Parkinson?Planteándome objetivos posibles a mis nuevos tiempos.
No pretendiendo hacer lo mismo que antes o igual que antes.

3 ¿Cómo elegir el camino del optimismo?Diria realismo

4 ¿Cómo impedir que el cómo te ves domine tus acciones?
Siendo yo misma.
Aceptándome.

5 ¿Qué puedes hacer para que la enfermedad no te defina? Tu identidad va más allá de esta enfermedad?Cuando me di cuenta de que mi esencia es la misma dejé de verme como una enfermedad para pasar a ser una persona con Parkinson.

6 ¿Qué importancia tiene el apoyo de la familia?Fundamental.
La familia, amigos y terapeutas son mi espejo.

7 ¿Cuáles son las emociones que asocias a la enfermedad?Las mismas que hacen temblar y poner rígida a cualquier persona:
Miedo – al rechazo, al fracaso, al futuro
Ansiedad –Vergüenza – Ira - Depresión
Frio: falta de amor
Analgesia emocional. Reprimir las emociones como el dolor me da origen a la rigidez muscular. Liberarlas, en un principio me exacerba los síntomas pero luego llega la relajación, fluidez.

8 ¿Cómo aceptas el día a día?
Vivir el presente
Respirar.

9 ¿Qué tiene de positivo tener la enfermedad de Parkinson?Cambié la forma de ver las cosas. Aprecié lo que es importante.

10 ¿Cambió tu escala de valores a partir del diagnóstico?Al perder la salud, la aprecié y noté que no se puede conseguir con dinero. Entonces la salud física y mental pasó a ser lo más importante. Y el dinero, lo menos.

11 La enfermedad te ha quitado varias cosas. Es posible que te haya dado otras que no tenías?Despertó mi conciencia. Abrió mi sensibilidad, que la tenía negada.

12 De no tener esta enfermedad hubieras elegido determinados caminos que ahora elijes?Tal vez pero en mas tiempo

13 ¿El Parkinson puede hacernos descubrir que tenemos algún tipo de talento o habilidad?
En mi caso descubrí que podía escribir.

14 ¿Puede la enfermedad hacerte mejor persona?
La esencia no cambia.


A continuación leí algo que dice la escritora española Mar Cantero para subrayar lo bien que me hace escribir:
“La escritura es mucho más que arte, pues a través de ella los que escribimos nos conectamos con nuestro subconsciente para escucharle, comprenderle y al mismo tiempo, hacernos entender, que esa unión mente-corazón es sin duda, la gran puerta hacia la felicidad interior.”Por Mar Cantero Sánchez


¡gracias josé luis!


Hola, ¿José? Sí. Estoy en Tres Cruces y me subo al taxi, dije. Ok Marina, te espero en la esquina que quedamos. A través de un panel que desafió mi volumen de voz, le indiqué al taxista la dirección. Me sequé la transpiración de la cara. El pronóstico anunciaba un frente frío, pensé y como suele ocurrir, no se cumplió. No aguanto las botas… pero son casi una parte mía, no me imagino sin mis botas… Calles de Montevideo. La misma esencia ecléctica que la argentina.
Colores. Pocitos.
Preparé el dinero. Tomé el Stalevo. El auto se detuvo, vi una cara que parecía un faro, pagué y reconocí esos ojos. Pregnantes. El encuentro no fue una escena de Lo que el viento se llevó ni de Dr. Zhivago sino el cotidiano saludo de dos personas con Parkinson. Sencillo hasta el extremo pero con esa austeridad de exiliados. Donde nada es simple, desde bajar del taxi sin sembrar nada ni chocar torpemente con la puerta, hasta arrancar a caminar.
¿Para dónde es?, pregunté. Por acá. No salía de mi asombro por ver lo pelada que era una de las cabezas más llenas que conozco. Caminamos. Hablamos. Compartimos sanwiches y cerveza, temblores y rigideces, logros y miedos, escritos y pinturas. Caminamos más.
Dos almas jóvenes con movimientos filtrados por el Pk, como de viejitos.
Conocí el taller, olor a acrílicos y óleos, Diego. Ví la exposición y a otro Diego.
La barca de Caronte.
Una uruguaya, guía de un inglés, no sabía explicar la obra. El autor lo hizo pero tuvo que empezar casi desde el Génesis. En inglés nos sacó una foto. Un café. Más charla, ahora entre Hades y la barca. Dificultades compartidas.
Espejos.
Pasamos por un ciber y vuelta a Tres Cruces. Respondí la hora estimada de arribo a mi familia que me esperaba en Punta del Este, lo más lindo de Sudamérica.
Huérfanos.
Un chivito y charla inagotable. Nunca mucho costó poco. Como cada hecho, para los que estamos con Parkinson, es una Odisea. Después de casi dos años de vivir uno de cada lado del río marrón nos conocimos.
El tiempo indicó mi partida inminente en el coche 2.
Luego del saludo subí al ómnibus. Ya no estaba. Se debía haber ido sin mirar atrás.


Así fue como conocí personalmente a José Luis Parodi, autor de la pintura de tapa de El Cuerpo no Calla. A mediados de diciembre del 2008. Es un compatriota del País del Parkinson, pintor talentoso, uruguayo, crítico agudo y amigo.


¡Gracias José!

el pensamiento es creador


Podemos ser, hacer y tener cualquier cosa que seamos capaces de imaginar.

La energía de nuestro pensamiento nunca muere.

Se dirige al Universo.
Extracto de "Conversaciones con Dios" de Neale Donald Walsch

¿Por qué MARMARA?

Foto tomada hoy, por mi hijo Pedro. La llamó foto clásica. (Es donde paso mucho tiempo)


Por qué del nombre de este blog?
Bueno, hay muchas razones.
Una: por el juego de palabras, o mejor dicho de letras:
Mar, esta en la raíz de mi nombre: Marina
Quitando la primera y la última letra queda:
Armar: que mejor q armar, en el sentido de construir, cosa q necesito reforzar en mi, me quiero armar, obvio que no en el sentido bélico. Ya lo saben los que me conocen, pero por las dudas lo aclaro. Estoy un poco disgregada o desarmada, me estoy reconstruyendo.
Con las mismas letras se puede encontrar la palabra amar: eso es lo más importante como asignatura para aprender toda la vida. De eso se ha escrito tanto que no hay mucho que agregar. Yo haría hincapié en “amar al prójimo como a ti mismo”. O sea que la cosa empieza por casa.
Me gusta la idea de "amar a mares".

Desde chiquita tuve fascinación por el mar, también mucho respeto. No se si será porque nosotros mismos estamos compuestos en 2/3 por agua, y que significa vida para nosotros porque sin ella morimos, que me siento muy bien cerca de ella. No necesariamente como mar, sino también como río, arroyo, lago, laguna, y hasta en canales o acequias. El sólo ruido del agua corriendo es música.

En particular el mar de Mármara me llamó la atención desde que lo aprendí en geografía del colegio por lo pequeño. Entre dos estrechos: el de Bósforo y el de Dardanelos que en definitiva son el pasaje entre el Mar Negro y el Mediterráneo. Punto que lo sitúo como en medio de Oriente y Occidente, asociado con la unión de culturas. En definitiva es una idealización, porque no lo conozco, ni a Istambul en sus orillas.
La familia de mi abuela materna salió de Rusia en barco, partieron de la península de Crimea por el Mar Negro y desembarcaron en Turquía, al borde del mar de Mármara.

5.19.2012

atormentarse o capear el temporal



No creo que valga la pena atormentarse. Pienso que la única manera de superar los temores es siendo sincero con uno mismo.

Si no buscamos esa "felicidad" total, la mágica solución o el famoso futuro ideal de la sociedad de consumo. Si en vez de eso disfrutamos de las pequeñas cosas, en contacto con los demás, probablemente podamos vivir más plenamente. Sin buscar la cuadratura del círculo.

Quiero navegar por las aguas de la vida, timoneando con la razón, sintiendo de donde viene el viento y resguardándome de las tormentas. Si me toma alguna por sorpresa, habrá que capear el temporal.


Piedras de la Plaza Roja




Una vez que llegamos al hotel, tenía cena libre, o sea no programada por el tour. Tuve ganas de ir caminando a la Plaza Roja. Me puse todo lo más abrigado que tenia y encima el impermeable, con el paraguas y la cámara de fotos partí raudamente del hotel.

Al llegar a las piedras de la Plaza Roja sentí que no las podía pisar. ¡Me infundieron tal respeto! Daba mis pasos apoyando los pies suavemente como para no marcarlas, para que sigan guardando todos sus recuerdos. Estaba lloviznando, y esa agua me pareció que era la misma que cayo desde el siglo XV, limpiándola, apagando algún incendio, cuando las construcciones del mercado eran de madera. El tamaño de la plaza me sobrecogió, estaba ni más ni menos que en el centro histórico de Rusia. Y me era completamente ajena… Se suponía que iba a encontrarme con mis raíces, que iba a sentir el amor que me transmitieron mis abuelos por ese país tan grande. Ahí estaba yo, tan pequeña, mojada y temblorosa.

Me empecé a imaginar: desfiles oficiales de los Zares y del Comunismo. También pude adivinar las vidas de gente común, comerciantes en la Edad Media, en construcciones de madera y persecuciones de todas las épocas. Sobre esas piedras corrió sangre de las ejecuciones públicas, se festejo el Día de la Victoria y hasta aterrizo una avioneta particular alemana, todavía durante la Guerra Fria.

De un lado admiré la gruesa muralla del Kremlin, centro del poder, con las tumbas de figuras conocidas y el Mausoleo de Lenin. En frente, ajena a toda solemnidad, la fachada barroca del complejo comercial GUM estaba iluminada como un arbolito de Navidad.

Veía a lo lejos todos los colores que la imaginación pudiera concebir en el telón de fondo, la Catedral de San Basilio. Grandes adoquines, con gente que la atravesaba apurada, sin levantar la vista, en medio de turistas que como yo estábamos aturdidos por su magia nocturna. Escuchando atentamente a esas piedras empecé a oír la música de Annie Lenox: Here comes the rain again.

Cuando iba por la mitad del recorrido hacia la Catedral me pareció que la comba que formaba el piso debajo de mis pies se había enderezado. No me había dado cuenta de que había empezado a caminar más rápido, con paso más seguro. Alguien dentro de mí estaba explicándome todo eso que no sabia. Estaba todo bien guardado bajo la durísima superficie para que quede ahí para siempre, pero prestando atención lo percibí. Como si una mano desconocida hubiera tomado la mía, en un primer instante aterrada no sabia si tomarla, y más tarde, como la reconocí, me aferré a ella para no perderla. Era la mano mas esperada, lo mismo que esa voz cálida que me hablaba suavemente. Era mi otra parte, la que encontré, y me empezó a dar confianza, esperanza, fe, fuerza. Esa parte que paso de ser desconocida a ser eso que veía y sentía, me aceptaba y me quería.

Ahí ví todo junto. Y tuve una sensación de optimismo. En esa plaza como en Rusia, la convivencia de todos los periodos de su historia la hacen fuerte y noble y a la vez nostálgica. Este país tiene una característica muy particular, es tan resistente que yo diría invencible, como esas piedras.

Datos:

Tamaño: 695 m de longitud y 130 m de ancho.

Nombre: La Plaza Roja fue fundada a los finales del siglo 15 por la orden de Iván III para derribar las construcciones de madera en torno del Kremlin y evitar los incendios. Así bajo el muro oeste se establició el mercado. Primeramente este lugar se llamaba la Plaza Torgovaya (de Comercio), despues obtuvo el nombre la Plaza de Trinidad, porque en su parte sureńa erigieron la Iglesia de Santísima Trinidad. Su nombre actual la plaza obtuvo en el siglo 17. Este es: Krasnaya Ploshad que significa Plaza Bella en ruso antiguo, porque Krasnaya es Roja/Bella.

GUM: Originalmente era el Mercado Central. Es uno de los centros comerciales mas grandes de Rusia. Se abrió el 2 de diciembre de 1893. Es un edificio de 3 largos pasillos, cada uno de ellos de 3 pisos que se extiende a lo largo de la Plaza Roja. Más de 160 tiendas se ubicaban aqui antes de la revolución del año 1917. Hasta el año1921 aqui se encontraban diferentes organizaciones estatales. Después de una total reconstruccion en el año 1953 se vuelve a abrir como centro comercial.

Cementerio: En la pared del Kremlin descansan los restos de: John Reed ( el que escribió Diez días que conmovieron al mundo), Yuri Gagarin (astronauta), Máximo Gorki, Alexis Kosiguin, Andropov, Chernenko, Félix Dzerjinski (el fundador de los servicios secretos), Stalin.

Pasos al costado

Hace bastante que me estaba identificando con los extranjeros, sintiendome un poco así en mi cuerpo y otro poco entre los demás.
Ultimamente descubrí algunas cosas como por ejemplo que en gran medida me estaba aislando yo misma. Incluso haciendo memoria yo siempre fui bastante así. Ante una realidad que me resulta difícil de enfrentar doy unos pasos al costado. Por eso este tema me suena todo el tiempo adentro estos dias. "Debo haber estado dando pasos al costado, paralizada por el miedo de saber la verdad".
Lo que pasó fue que al empezar a conectarme con mi entorno, familia y amigos, encontré respuestas positivas, incluso en la "blogosfera". Eso me alivia mucho, salir un poco del autoexilio. Y la realidad así no es nada tan grave.
Muchas gracias a todos por sus muestras de cariño y a Santiago por haberme ayudado a ponerle música a mi blog! (Disculpen que para poder musicalizar el blog tuve que sacar los links, ya los voy a agregar de nuevo)

¿A alguien le pasa esto de sentirse aislado? ¿Por qué?

Pais del Parkinson (cap. 1 El Cuerpo no Calla)

Conducía mi auto como en medio de un rebaño de ovejas, cuando los demás automóviles paraban, yo también; si aceleraban, hacía lo mismo. Tan ensimismada iba en medio del tráfico, que no tenía bien en claro a dónde me dirigía. Seguía la corriente, como en piloto automático.
No podía evitar sentirme igual a mi abuela. Había visto desde cerca cómo era eso de vivir en un país ajeno. En el mío (antes de la enfermedad) dos más dos era igual a cuatro. Una vez expulsada de ahí sentía que todo podía suceder.
Estaba marginada, por enferma, del mundo de los sanos.
Con el diagnóstico que recibí a mis treinta y cinco años me vi expulsada de mi sueño. Quedé aislada, sola en medio de todos. Me rodeaba un cerco infranqueable que no sólo yo no podía atravesar hacia fuera, sino que tampoco lo podían cruzar los demás. Así, siendo muy joven aún, no tenía más remedio que aguantarme y ser para siempre “la diferente”.
Un semáforo en rojo me hizo detener delante de una publicidad. Una foto gigante de una jovencita sugerentemente recostada, vestía botas y un abrigo de cuero. No me molesté en averiguar qué promocionaba, me daba igual si era shampoo o ropa. Sólo veía esa perfección tan vacía.
Recordé que años atrás bien había podido ser modelo. Mis movimientos felinos eran entre perezosos y etéreos. Con toda naturalidad podía hacerme dueña del aire que me rodeaba haciéndolo formar suaves remolinos detrás de mí. Mi cuerpo era de líneas largas y mi aspecto agraciado.
Eso, mi gracia natural, nadie sabía con certeza en qué momento se había desactivado, simplemente me transformé en otra persona, una extraña. Así me sentí cuando empecé a notar el desfase entre mi entorno y yo.
Mis movimientos se tornaron rígidos, mis pasos dubitativos, con la inseguridad que genera un terreno desconocido. Intentaba que mis gestos toscos pasaran desapercibidos, así no se notaría de dónde venía. Mi mayor deseo era parecer nativa, como todos los demás, no extranjera.
Así me sentía, una extranjera en mi cuerpo, portando mi nueva nacionalidad a cuestas: Parkinson.
Crucé las vías del tren recordando que iba a buscar a mis hijos a la salida de la escuela. Me toqué el cuello con la mano izquierda porque tenía una fuerte contractura y sentí como si alguien me tocara con un guante. De inmediato seguí probando, quería ver cuál era la parte insensible, la yema de los dedos o el cuello. Me toqué el antebrazo derecho y comprobé que los dedos de la mano izquierda estaban fríos.
En el país del Parkinson la realidad era distinta a la que estaba habituada. Confiaba mucho en mi olfato y ahora era como si estuviera adentro de un envase plástico con olor rancio; no sé bien si era plástico o medicamento, pero todo olía a eso. Incluso sabía a eso. Todo: el agua, el aire, mi boca…
Venía pensando en que fui expulsada de mi realidad anterior, y condenada para siempre a la enfermedad. Estacioné delante del portón metálico, frente al cual ya había algunas madres. Para abrir la puerta del auto usé la mano derecha, con lo que recordé que debía haber tomado mi dosis de remedios correspondiente a la tarde.
La conversación de esas mujeres me pareció superficial. Nadie tenía la culpa, ni de que los demás se hubieran quedado en su país ni de que yo me sintiera exiliada.
Me sentía así porque el idioma de mi cuerpo era otro y también por la baja autoestima, la angustia y la ansiedad, propias del cuadro de la enfermedad.
Esto dificultaba mucho mi relación con los demás. Notaba cómo se les transformaban las caras a mis interlocutores por el horror de ver irremediablemente que se venía un cuento de mi país, del que nadie quería saber nada. A menos que fuese algo bueno, divertido, gracioso, algo que se pudiera comprar o conseguir, algo que les hiciera pasar el rato y no sufrir. No, definitivamente a nadie, por más voluntad que pusiera, le gustaba escuchar de mi país, tan insignificante.
O al menos eso era lo que yo sentía. Simplemente no me podían entender, si no les pasaba lo mismo que a mí.
Hablando con mis compatriotas, otros enfermos de lo mismo que yo, me sentí por fin como en casa. Pude compartir la nostalgia del exilio y las dificultades de adaptación a todo lo nuevo. Empecé a entender por qué siempre se agrupaban las comunidades extranjeras en otros países.
Sonó el largo timbre tan esperado por los chicos anunciando el fin del día escolar. Mientras esperaba parada sentí que el piso se movía. En el esfuerzo por que no se notara, me quedé sola. Abrieron el portón dos maestras que fueron llamando por megáfono a todos. Cuando escuché:
—Pool setenta.
Era el mío. Giré la cabeza para mirar hacia el patio y mi visión siguió girando, perdí el equilibrio y por suerte estaba cerca de la pared porque evité la caída chocando contra ella. Noté que sólo se había dado cuenta la maestra de primaria, que me conocía, y me preguntó:
—¿Estás bien?
Sabiendo que tenía los ojos rojizos por el cansancio debido a dormir poco, no quise mirarla, no atiné a decir otra cosa que:
—Sí.

Algarrobo




Tu sombra en este tórrido clima cordobés de Traslasierra es una auténtica bendición. Generoso me ofreces fresco refugio cantándome suavemente al oído. Mientras la brisa seca me acaricia.
Yo sé que debiste buscar con mucho esfuerzo el néctar de la vida. Ese tan escaso por aquí. Pero con tu sabiduría has podido encontrar algún arroyo subterráneo. Uno de esos que surgen cuando llueve en la Pampa de Achala. Corren en parte bajo la superficie y en parte saltando por las piedras redondeadas.
Tus hojas pequeñas y tus espinas evitan que pierdas eso que tanto te costó conseguir. Y tus ramas en ángulos rectos me enseñan a elegir el camino.
Todos por igual llegan a la luz. La misma que también cada uno de nosotros necesitamos en forma de calor.
Tus brotes no se abren fruto de la mediocridad. No se quedan en las medias tintas, no. Si reciben el néctar de la vida y son abonados de luz, estallan de amor.
Eso para mí hoy es un descubrimiento. Para el que vivió en este rancho a tus pies era lógica pura: del agua y la luz brota el amor. Detrás de estas pircas, antes de la llegada del huinca esto era lo que importaba. El dueño original de estas tierras era como tú. Sabía que el amor verdadero era entregado por entero, sin especulaciones.
Él volvía al rancho y entregaba a los suyos lo que tenía. Se entregaba. Había aprendido de ti, Algarrobo, que brotabas del agua y la luz. ¡Qué poco necesitaba! ¿Cómo es posible que lo hayan desterrado, al antiguo dueño de las flechas?
A tu lado me siento como una cautiva, que al haber aprendido esto, en cuerpo y alma, ya no puede volver atrás.
Quiero quedarme aquí. Si vienen a buscarme responderé sin dudar:
- ¡Fuera huinca!

Gracias Algarrobo, por ayudarme a encontrar mi escencia.