Sola, la tarde tenue se diluye.
Rosa pálido, dolor persistente, intuye.
Del ombú penden mis sueños, y los tuyos.
Los titiriteros no son dueños de las marionetas.
Sola, se hamaca suave la palmera,
testigo del horizonte, que devora mis deseos, y los tuyos.
Breve luz, no me dejes.
Gato negro, faro amarillo.
Noche, pozo hondo de máscaras y rebeldía.
Rosa pálido, dolor persistente, intuye.
Del ombú penden mis sueños, y los tuyos.
Los titiriteros no son dueños de las marionetas.
Sola, se hamaca suave la palmera,
testigo del horizonte, que devora mis deseos, y los tuyos.
Breve luz, no me dejes.
Gato negro, faro amarillo.
Noche, pozo hondo de máscaras y rebeldía.
Libre. Sal. Duele. Alegría. Sola.
4 comentarios:
Así que andabas a media tarde, escribiendo ante la puesta.
Me gusta el ritmo de la narración de tu visión, la de los ojos y la del alma.
Un beso.
Un abrazo de corazón, querida amiga. Volveré.
Palabras, sentimientos, deseos, espejos rotos que nos besan con sus reflejos quebradsos, ansias, ilusiones...todos prendidos precariamente em el tejido de la vida.
La vida es un rampa casi siempre custa arriba
PEDRO
Hermosas y cálidas letras para un poema que me pone triste...
las virginianas somos melancólicas...será por eso.
Marina, te abrazo muy fuerte!
BESOS!!!
La música es preciosa.
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